lunes, 19 de marzo de 2012

24. FRIO

Esos meses Cano tuvo trabajo fuera de Valencia, así que la mayor parte del tiempo estaba en casa de Eva. Siempre pensé que era demasiado su temor de estar sola, y por eso era tan buena amiga, preocupándose por los demás para no aceptar sus propios problemas.

He hablado ya de su balcón, mi sitio preferido para regodearme con tu recuerdo.

Trataba de tener siempre lo que yo necesitaba, sin pedírselo; hasta soledad me daba dejándome un espacio, sin meterse cuando escribía. En ocasiones hacía reuniones, y en ellas el alcohol, la cocaína y la marihuana no faltaban. Siempre rechazaba esas invitaciones de meterme algo más fuerte que el cigarro. Menos una noche, cuando me presentó a una amiga suya.

Ella estaba siempre apartada del bullicio, sentada de frente al balcón, mirando a todos, incluyéndome. Sin decir nada, bebiendo cerveza y tarareando algo. Una de esas noches, pasé al lado suyo y escuché que decía: "búscate otro perro, que te ladre, princesa", me giré y le dije: "ahora es demasiado tarde, princesa", se sorprendió y una sonrisa fue su respuesta, yo estaba ya tocada por el tequila, de otra forma, no me atrevo a ser tan desinhibida, me senté a su lado y terminamos la canción.

Llegó Eva y nos presentó, nos dimos dos besos, sonreímos y salió una conversación mas o menos así:
Yo: -Por cuál vamos ahora?
Cristina: - Una contra ellas
Y: -Cantemos de mi país entonces
C: -De dónde eres? no te noto el acento.
Y: -De México.
Empezamos a cantar alguna ranchera, no recuerdo cual, todo era risa más que canto. Salimos al balcón a fumar; al verme sacar los Camel soltó una carcajada diciendo que dejara eso y fumara del suyo, el olor a marihuana nunca me ha gustado, le dije que no me apetecía, -no quieres probar mis labios en el papel?- contestó; me fije entonces en esa boca rosa, esos labios con brillo y carnosos; -ten cuidado con lo que pides, porque se te puede cumplir- le dije; me quitó el cigarro y lo tiró por el balcón. -Pruebame entonces- dijo, mientras me tomaba de la nuca y me besaba.

Era una sensación rara, estremecedora, tenía los ojos abiertos, una chica guapa como ella podía tener a quien quisiera rogando por un beso suyo, y, para variar, en lugar de disfrutar pensaba: "porqué yo?", al separarnos le hice la pregunta y su respuesta fue: "porque eres más interesante de lo piensas". Y regresó a su porro, me quedé mirando la calle, pensando en el primer beso que nos dimos, y me enfadé por lo entrometida de la memoria, no era momento de pensar en ti, sin embargo, no dejaba de hacerlo.

Seguimos bebiendo esa noche, cantamos, hablamos de ti, y acepté sin darme cuenta ese cigarro liado, me puso más nostálgica, le hablé de lo perfecta que eras, y las negativas que me hacían querer olvidarme de ti. La gente comenzaba a irse ya de madrugada, el frío aumentaba y nos fuimos a la sala casi vacía.

Hablamos de trova, jazz y de nuestro tema favorito, Sabina. Alguien puso "Juegos de azar" y cantamos, a media canción nos besamos nuevamente, esta vez le correspondí con fuerza, pensando: "qué oportunidad tengo de volver a besar a una chica como esta?" me pidió ir a otro lugar, fuimos a la recámara de Eva; estaba colocada, había probado la coca, fumado maría y bebido tequila excesivamente. Se reía preguntando si es verdad que los mexicanos somos ardientes, le dije los hechos dicen más que las palabras.

Y en verdad disfrutaba ese momento, me desconecté de todo y todos; la mente y el cuerpo estaban ocupados disfrutando de esos gemidos, de la risa nerviosa y las palabras fuertes que soltaba, no pensaba detenerme, nada de suavidad; y cuando mejor estábamos me dice que va al baño... no sin antes dejarme un adelanto de lo que me esperaba, me quedé en la cama, sintiendo como todo daba vueltas y me dormí, entre sueños escuchaba gritos de Eva y Cristina (si, así se llama), una intentando despertarme y la otra casi desnuda con más coca en la mano.

Desperté en el sofá, con una manta, el sol no da tregua a los desvelos, me incorporé un poco, Eva estaba sentada frente a mi, mirándome de una forma que no puedo definir, no sé si enojada, preocupada, seria, cansada o desvelada, con las piernas dobladas, arriba del sofá, como una niña, con ese pijama y su estatura se veía mas pequeña todavía. Se puso de pie y fue hacia mi; le pregunté que hora era, y su respuesta fue aventarme la ropa a la cara y decir: "vete de aquí".

No entendía muy bien que había pasado, y tampoco podía preguntar, se levantó y se encerró en su habitación, cuando una de las dos se iba, respetábamos ese espacio, era el trato. Me vestí y al caminar a la puerta salió, me dijo con voz muy seria que no era mi madre ni pretendía serlo, y tampoco mi novia, para soportar mis escenas como la de anoche; pedí disculpas, trate de hablar pero me dijo: "porqué no te das cuenta de que me gustas?" "porqué no me ves como a Cristina?"

Poco se puede decir cuando no quieres a alguien de esa forma y lo que menos deseas es lastimar.
¿Cómo le dices a tu único apoyo, a tu amiga incondicional que no te atrae?

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