martes, 10 de enero de 2012

2. VALLARTA


Tu: -Bueno?
Yo: -Buenas tardes, disculpa, se encuentra... (olvide preguntar su nombre!) esta... mm, he estado jugando billar con alguien de esa casa que usa de nick Ego... (silencio largo)
T: -Soy yo, como estas?
Y: -Ja ja, que gracia, ya, en serio, pasame a quien sea Ego
T: -Soy yo, y tu eres del DF, tienes casi 25 años y eres capricornio...
Y: -Ah... bien, bueno, mm pues... estaba comprobando el numero sabes?, bueno, pues ya nos vemos en el billar entonces, ok?
T: -Bien, hasta luego
Y: Adiós.

Me quedé inmóvil, sin saber que decir o hacer, esperaba cualquier cosa menos eso.
De pronto el tiempo volvió atrás y me vi con la primer ilusión, no fue el primer amor, pero descubrí aspectos importantes que volvían a latir.
Sentí el miedo nuevamente del engaño, de la marginación, del silencio, de la confusión.

Tenía que dejar de pensar en ti, no había nada, no teníamos nada, eras un simple contacto, era darle a un botón y olvidarme de ti.
Sólo pude resistir unas horas sin verte, regresé y te busqué, comenzamos a quedar sin decirlo explícitamente, pero sabíamos que estaba surgiendo algo, lo que fuera, no tenia nombre, ni pies ni cabeza, no era nada nuevo a la vista de todo aquel que se ha enamorado pero... un momento, "enamorado"?; no no no, imposible, no, una amistad que empezaba a nacer, nada más.

Pasaron los días y me dijiste que irías a Vallarta, con tu equipo de futbol.
Comenzaste a contarme tus planes y yo a pensar la forma de ir, de sorprenderte allá. Pero me leíste el pensamiento y me invitaste a ir. Me emocionaba la idea, el corazón me latía con mucha fuerza pensando que te vería, que podría tocarte, escucharte, caminar a tu lado. Todo parecía perfecto. Y mientras llegaba el día empezamos a poner la cámara, a vernos poco a poco, aunque yo solo te dejaba ver mis ojos, no quería que vieras mas; yo llegaba sudando, con el cabello mojado y despeinado, sin maquillaje y con el cuello brillando por las gotas de agua y sudor.

Unos días antes del viaje, cuando teníamos el numero de cuenta, nombre del hotel, el autobús, etc. Dejaste de verme, no me presente ni te llame. No sabia como decirte que no iría. Te dije mil excusas cuando volviste, pero de poco valían, algo había pasado allá que no te dejaba hablarme como antes, algo escondías y yo no sabia como disculparme por no haber ido ya que mi madre había estado ingresada en el hospital.

Cuando te decidiste a hablar me dijiste que una chica de tu universidad que te caía mal, sin saber como terminaste saliendo con ella, querías intentar algo, la tenias cerca, que siendo realistas, aquí no teníamos nada mas que una amistad a distancia; ella te gustaba, tenia algo que te llamaba la atención. Al preguntarme porque no fui, no le vi caso a contarte que habían operado a mi madre, le quitaron la matriz, y mis hermanos y yo tuvimos que quedarnos a dormir en el hospital, sin un padre que nos dijera que hacer, con mi madre internada, yo mayor que los otros dos, enfermé por dormir en el suelo del hospital, donando sangre y buscando donadores no pensé en los días, si en ti, pero no en el viaje.

Y así fue como Anais entro a tu vida, a la mía y me dio el empujón que necesitaba para empezar a escapar de ti.

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