Han pasado casi diez años desde que conté tu historia.
Y hace mucho que no se de tí, sé que no sabremos más.
El tiempo cura, alivia las penas y deja cicatrices curiosas que nos ayudan a recordar porqué nos lastimamos.
Regreso en medio de una pandemia, con más de cuatro décadas y un montón de historias por contar.
Sigo sin fiarme de mi memoria y prefiero dejarlo por escrito.
Se respira un aire frío, el invierno sigue aquí, unas semanas más. Habrá que exprimirlo.